Cristo de la Soledad, sin advocación por esos años, más conocido como "el desprendimiento", llamativo nombre popular de aquella época. Como se dice por ahí, la historia de las Hermandades no se escribe en años, sino en décadas, y hay que reconocer que un par de ellas después, esta representación del traslado al sepulcro de nuestro Señor, ha mejorado enormemente. Los Santos Varones -curiosa forma de llamar a estos señores- todavía no habían sido restaurados por Alfonso Berraquero, de las Santas Hembras actuales -ejem, es por seguir la misma terminología-, no estaban ni en el pensamiento de la Cofradía. El paso, no recuerdo bien donde acabó, y el hotel Roma, estaba en su infancia, pues me parece ver al fondo de la foto que era hostal.
Gloria a Dios Trinidad y a los cautivos Libertad. Noviembre 2011
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