Esta diapositiva del Cristo de la Buena Muerte, me recuerda lo difícil que lo tenemos a veces los fotógrafos cofrades. Es evidente que no podemos elegir ni la iluminación de las imágenes, ni la estética con la que se nos presentan en los cultos. Precisamente, estas circunstancias, que no podemos controlar, hacen de esta afición un reto más que agradable, pues no solo tenemos que conseguir una composición grata, sino que también debemos transformar muchas veces, unas condiciones desfavorables, en positivas para realizar la fotografía.

Gloria a Dios Trinidad y a los cautivos Libertad. Enero 2012

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