Creo que ha sido la última vez que Jesús Cautivo y Rescatado iba sobre un monte de lirios. Monte que tardamos dos días y dos noches en poner, con las interrupciones de las misas, comidas y algo de descanso por la mañana. Pagamos ser novatos en este tipo de flor, y los insertamos individualmente en el alambre que los sujetaba, en vez de hacer pequeños ramitos y ahorrarnos un montón de trabajo. Hasta mi padre apareció a media mañana del mismo Lunes Santo, preocupado por no haber dormido en casa esa dos noches -sabía que estaba en la Iglesia-. Un recuerdo especial para mi amigo Eduardo Gaviño, que al igual que yo, sufrió el cansancio y los callos en las manos. La juventud me dio todavía fuerzas para hacer esta foto, realizar la Estación de Penitencia, y quedarnos a desmontar justo después de la recogida. Si lo hago ahora, me entierran directamente.

P.D.: me comenta José Antonio Garnárez que este del 85 no fue el último, sino que el año 1988 tuvo ese honor. Gracias hermano.

Gloria a Dios Trinidad y a los cautivos Libertad. Diciembre 2011

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